En la noche de ayer, los Hermanos Mayores de las Hermandades de nuestra ciudad se citaron en un cónclave privado para instar al Consejo que solicite la revocación del decreto que no autoriza las procesiones en la jornada de Sábado Santo, con todo lo que ello conlleva.
Esperemos que el cónclave que celebraron ayer los Hermanos Mayores no se convierta en un pulso con Palacio, donde el resultado final sea un frente abierto entre los máximos representantes de las Hermandades de nuestra ciudad y el Pastor del rebaño de Asidonia-Jerez. Digo esto porque, aunque muchos no tenemos canas ni edad para recordarlo, todos aquellos con quien uno puede hablar y que recuerdan esos años 80, recuerdan una Hermandad del Santo Entierro sola, casi sin representación de otras Hermandades, y con la sola compañía de quien no podía irse a otro sitio como el factor común denominador.
Dicen los historiadores que “el pueblo que se olvida de su pasado, está condenado a repetirlo” por lo que, por el bien de todos, en caso de que se llegase a un acuerdo positivo y volviéramos a estampas añejas del Paso del Duelo, la Chacha o las representaciones de Hermandades vestidos de nazarenos, no podemos ni debemos los cofrades volver a caer ni tropezar en las mismas piedras y tenemos que convertir el Sábado Santo en una jornada grande de nuestra Semana Santa.
Como todo en esta vida, ya hay quien vaticina que será un fracaso y otros todo lo contrario, lo cierto es que el Consejo, una vez que reciban la carta, es quien tendrá la pelota en su tejado y a quien le toca mover ficha en representación de unos Hermanos Mayores que, según dicen, van a respetar la decisión que tome Palacio en este asunto.
Ya veremos que pasa.
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