lunes, 13 de febrero de 2012

El peso de la solidaridad


No iban buscando ser noticia de portada en la prensa, ni siquiera una pequeña fotografía que diera cuenta gráfica de lo que ocurría. No era necesario. No era distinto a otras ocasiones similares salvo porque esta vez, en vez de abrir la puerta de casa para recibirles, eran ellos los que marchaban a la calle para hacer lo que siempre se ha hecho en este mundo nuestro: Dar sin pedir nada a cambio.

No hicieron convocatoria de prensa, ni avisaron “a los medios”, ni sujetaron cinco minutos ni diez ni quince una pancarta, ni tocaron silbatos en la calle larga, solo cargaron junto con sus vigas de ensayo 600 kilos de necesidad, de solidaridad, de entrega, de caridad cristiana, de ayuda, de apoyo, de compañía, y de todo lo que se puede dar cuando los latigazos que está pegando la todavía duradera crisis, no hace mas que azotar al mas débil y a quien menos culpa tiene de todo lo que está ocurriendo, no solo en nuestro Jerez bendito sino en toda la faz de la tierra.

Todo esto ocurrió bien entrada la noche del pasado viernes, casi madrugada de sábado, cuando a la cuadrilla de costaleros del Señor de las Penas arribaba a la calle Consistorio para hacerles entrega, a las empleadas de ACASA, de todos los víveres y productos de primera necesidad que hasta su casa llevaron, todos los que acudieron a la llamada realizada por parte de esta cuadrilla de costaleros y, por consiguiente, de la Hermandad de los Judíos de San Mateo.

Desgraciadamente, hay quien piensa que en una Hermandad solo se está pensado todo el día en bandas, flores, cera, bordados u orfebrería. Que equivocados están. Si no fuera por la labor que las Hermandades realizan en su entorno y, a veces hasta fuera de él, más de uno y más de dos centros de asistencia tendrían serios problemas para su subsistencia. La labor en silencio que se ejecuta día a día, en todas y cada una de las Hermandades, permite paliar en gran medida muchas necesidades, dando consuelo al enfermo, asistiendo al hambriento y dando calor a quien no tiene nada mas que la soledad por compañía. Eso también lo hacen las hermandades. Eso y mucho mas…

jueves, 9 de febrero de 2012

Cuando la política entra por la puerta, la justicia sale por la ventana.

     Ya terminó el culebrón. En la noche del pasado martes, se dieron por zanjadas todas las polémicas y los dimes y diretes de todo lo que estos días han dado de sí el tema de los palcos. Los Hermanos Mayores, convocados en pleno por parte del Consejo, determinaron asumir como propia la tarea que otrora fuera realizada por el Ayuntamiento de nuestra ciudad, dando muestras una vez mas que por muchos palos que nos peguen a los cofrades, nos volvemos a levantar, miramos al frente y seguimos caminando.

     Nuestras Hermandades y Cofradías, ni pueden ni deben dejar de hacer protestación pública de fe porque estarían faltando a una de sus primordiales reglas estatutarias. Con palcos o sin ellos, las Cofradías tienen la obligación de salir, si las circunstancias lo permiten, faltaría más, a hacer Estación de Penitencia.

     Opiniones hemos tenido estos días para todos los gustos. Por citar alguna de ellas, por un lado, hay quien acusa al Consejo de no haber gestionado bien la situación mientras que, por otro lado, hay quien ha montado en cólera pidiendo igualdad de trato respecto a otras instituciones o fiestas por las que parece que no pasa la crisis. Quizás el problema de todo esto radique en el desconocimiento de lo que pueda pasar mañana porque, visto como está el patio, lo que ayer fue rojo, hoy es azul y mañana puede ser arco iris.

     Personalmente, pienso que a este Consejo se le ha presentado una oportunidad de oro que espero sepan aprovechar y empiece, de una vez por todas, a marcar una línea de asepsia para con un poder político que, una vez mas, ha demostrado que siempre se arrima al sol que mas calienta. Colaboración, toda la del mundo, autonomía también. Hay que empezar a abrir brecha y marcar distancias para dejar sentadas las bases sobre las que las Hermandades puedan ir caminando, día a día, de forma independiente. Las Hermandades, revierten mucho más a su entorno que lo que reciben de él. Así ha sido y así deberá seguir siendo.

     Por último y, aunque no quiero entrar en polémicas sobre la aptitud o actitud de algunos primeros representantes de nuestras Hermandades, solo expresar que han quedado retratados ellos solitos y en su conciencia quedará saber enmendar ciertas aptitudes, no solo con quienes se ofrecieron voluntariamente a colaborar y formar parte de la comisión que se ha encargado de buscar opciones de viabilidad en este asunto tan manido de los palcos de la próxima Semana Santa sino con quienes esperaban en la puerta poder recabar información y tildaron de “buitres”. Esos “buitres” son compañeros míos desde hace muchos años y espero que lo sigan siendo por muchos mas y los defenderé siempre donde haga falta porque no hacen mas que ejercer su profesión. Informar. Si errar es de humanos, rectificar es de sabios, por lo que esperemos que la cordura y la conciencia que dan la distancia y el tiempo hagan su trabajo porque en esta vida es mas fácil llevarse bien con los demás que hacer lo contrario.